Entre libremente por su propia voluntad y deje parte de la felicidad que trae -Bram Stoker
jueves, 17 de marzo de 2011
Vampiros
La casa estaba en silencio, demasiado en silencio. Una parte de mi, a gritos, me pedía cerrar la puerta y volver sobre mis pasos, pero no le hice caso. En estado de alerta avance hacia el salón. Horrorizado no pude entender como había llegado hasta ahí; pero estaba allí en mi sillón, en silencio, esperándome. Inmutable, no hizo ademán ni gesto alguno, se limitó a observarme en calma, en placentera calma. Degustaba la imposibilidad de mi escapatoria. Cerré los ojos con fuerza y abrí la maldita carta del banco.
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De verdad que me has sorprendido con el final, con el título. Dicen que los vampiros no vienen si no son invitados ¿invitaste tu al tuyo?
ResponderEliminarUn abrazo
No voluntariamente, lo debí invitar en alguna claúsula de esas de letra pequeña...
ResponderEliminarUn abrazo