martes, 30 de junio de 2015

Cimientos


Se edifican sin grietas
cimientos piedra a piedra.
Sea encima de hierba,
sea encima de mierda.

viernes, 22 de junio de 2012

Felicidad


Quien busca la felicidad para instalarse en ella esta destinado a fracasar; pues no es un lugar para habitar; es un camino para recorrer.

martes, 5 de julio de 2011

Saviaduría

Centenares de centenarias raíces centinelas volvían al árbol. Algunas habían acumulado profundos conocimientos, otras habían alcanzado erudita saviaduría y algunas otras eran portadoras de preciadas nuevas, mas no eran buenas nuevas; el hombre seguía avanzando.

lunes, 20 de junio de 2011

La cita

Esta vez habían quedado en su mirador preferido. Sufrida era su espera, largo tiempo pasaba entre sus encuentros, pero pronto estarían de nuevo cara a cara; felices. Como siempre, tenían dudas sobre si sabrían estar a la altura del otro. Llegó la hora acordada, ella se sonrojó con la luz que irradiaba él. El eclipse fué memorable.

sábado, 11 de junio de 2011

El gato azabache (Parte 3)

Ajeno al convulso fervor que azotaba la mente de Andrés el gato descansaba con plácidez en la cama, relamiendose metódicamente mientras miraba fijamente al individuo. La presencia, de nuevo, del endemoniado felino evocó el recuerdo de lo eterno e inhumano sufrido en las noches pasadas, como no podia ser de otra manera su mente se colapsó, más aún cuando creyó ver en los impasibles ojos una conocida secuencia azul, verde, morada...
De manera pusilánime agarró lo primero que encontró útil en su mesita de noche, un vaso de agua que golpeó sin pasión contra el filo del mueble para ensañarse una y otra vez con tal arma contra su indesado visitante.
Tras la tormenta de sangre, como un autómata, llenó la bañera de agua y ahogó allí al ya moribundo animal.
Cuando en la bañera se encontró lleno de terribles golpes y cortes, el maltrecho cuerpo del hombre, todos los vecinos coincidieron:
Parecia un tipo tan normal.
Fin

lunes, 11 de abril de 2011

El gato azabache (Parte 2)

Aquella misma noche, ya en la cama, el recuerdo del extraño encuentro le era lejano, lo que había sucedido fue claramente una mala jugada de su imaginación, si había sucedido claro. Ya reconfortado cerró los ojos y rememoró los sucios detalles del crimen, libidinoso, se entregó a los brazos de Morfeo. No tuvo los placenteros sueños que frecuentaba en veces como aquella, en su lugar tuvo oscuras pesadillas donde se encontraba con sus mayores fobias; en cada una de ellas moría de manera lenta y agónica, en cada una de ellas era observado por unos endemoniados ojos felinos...
Tras lo que le pareció una eternidad despertó entre sudor y temblores, mas aun estaba por descubrirse aquello que más le helaría la sangre; no estaba solo en la cama, sobre la colcha jugueteaba alegremente un gato negro azabache. Horrorizado, no le fue fácil asimilar aquel hecho ¿Acaso era el mismo animal? Imposible, el bosque estaba a kilómetros de allí ¿Quizás todo era fruto de una caprichosa coincidencia? No cabía más opción. Lleno de ira, con renovadas energías, propinó al animal una lluvia de golpes mortífera, a patadas lo sacó por  la puerta:
-¡Bastardo sarnoso! ¡Las pesadillas han sido por tu culpa! ¡A ver si vuelves ahora! -Vociferó colérico.
Andrés pasó el resto del día intentando esquivar los recuerdos de aquellos angustiosos sueños. Cuando cayó el telón de la noche, el esfuerzo había sido tal que se quedó dormido mucho antes de lo habitual. Estuvo sumido en sus sueños habituales hasta que un presentimiento empezó a tomar forma; estaba siendo observado, la sombra de la sospecha iba en aumento, en el cenit de la paranoia una vorágine de oscuridad le absorbió y le trasladó bruscamente a las pesadillas de la noche anterior, pero aquella vez, si cabe, todo era mucho más real; más atroces eran sus muertes y más insaciable era la mirada azul, verde, morada.

Gritando, por fin despertó. El corazón dejó de bombear sangre; en los pies de su cama estaba de nuevo el gato, ronroneaba feliz, a penas tenía señales de la brutal paliza.